LAS RAMAS ME SALUDAN

I
Primero vienen y se hacen las nubes, flotan se mueven hacen un viaje por el cielo pero parece que yo me muevo con ellas que floto en la mas suave calma, parece que el cielo se desplomara cada vez que cae una hoja seca, en cada momento que veo las hojas tienen complejo de confeti como si el cielo fuera el techo de un galpón gigante donde se hace una fiesta pero no, las hojas solo me están golpeando en la cara, se cae pedazo a pedazo pero es un quiebre armonioso, que de romperse pasa a descansar en paz, a encontrar la cama que tanto necesita para su prolongada muerte luego de soltarse rogando que nadie le interrumpa cuando duerma, hay que tratarlas con ternura, un día nos dieron sombra, hoy son sembrados los hollines de la vida.

II
Pero resulta que además de creerse nubes vienen y me saludan las ramas, yo las saludo como saludo al desconocido que me sonríe, siento una pequeña empatía pero no se si me saludan a mi, a las hormigas o sus hijas dormidas en su cama. Haré de cuenta que es conmigo, malinterpretare su lenguaje corporal y entonces pensare que quieren ser mis amigas y no es que su madre brisa las esta obligando a saludar por cortesía porque mi especie les da alimento, la mama quiere lo mejor para sus hijas aunque a veces se pelee con el papa tronco que las tiene cargadas para que puedan ver los otros niños jugando con sus frutos, pero ellas terminan molestas y le recriminan que por su culpa ni flor ni fruto da, a la mama que por el lugar donde viven, si ella soplara mas fuerte hubiesen nacido en otra parte.

Nadie entiende como esa relación tan rara las dio a ellas, se asume hubo poligamia, pero esas niñas el único remedio que les queda es saludar para mantener las apariencias y yo feliz las saludo y pienso en lo fastidioso que debe ser saludar porque tu mama te obliga, en lo rudo que es sufrir eso de personalidades múltiples, hacerse la nube para guardar las apariencias con sus primas por parte de mama (las nubes) ya que ellas son muy pretenciosas por estar encima de todos, saludar por mama y tirar a sus hijas al suelo para que las hormigas que son sus primas por parte de papa jueguen con las hojas abortadas porque los humanos no les ponemos agua (a veces sus primas las nubes se ponen egoístas) y si no las hormigas amenazan con comerse a papa tronco, entonces ellas asustadas hacen de todo para crecer en equilibrio entre supervivencia y apariencia quizás adaptándose a las condiciones, yo sigo saludándolas con la ilusión quizás alucinante de que es a mi a quien le devuelven el saludo, pero yo estoy casi segura que lo que hacen es saludar a sus hijas aun cuando sean juguete de hormigas (aunque suene maquiavélico es cierto) o están en el descanso que da la siembra y el compost, el descanso que da volver a ser polvo.

Victoria Monsalve, 2016.

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