DINAMITA LA MEDITACION

Suplicar en silencio la confesión
mirar por el ojo amante el todo

porque del todo soy

del todo pertenezco

con aportes cínicos míos traslucidos.



El tamboreo en mi respiración

es mi tonada favorita

es el soundtrack de preferencia

en esta visita guiada

a mis junglas espesas,

hachas perforan al indestructible

cerco dinamita la meditación,

ceden el espacio prontuario

para dar inicio a la caída de mascaras

y ver las cicatrices menos tristes

que se difuminan en mi cara,

las tristes solo las degüello,

Van en fila india

junto con mis paradigmas emocionales

que van a ser desollados,

directo a la hoguera de brujas.



Desollar tanto

que me inhibe y ya no crezco,

enrollar esa piel

envolver en papel de regalo

y llevarlo a los suburbios

de la literatura

a ver si alguien quiere escribir sobre eso

si le pueden sacar provecho.



Deshojar

los prejuicios estigmas

olvidar los metales pasados

que día tras día sacan costras

y yo de ingenua me las quitos

¡Que ardor!

Dividir el pensamiento

frenarlo botarlo

y ser esa agua que corre río abajo

sin pensar en los peligros

que me esperan en alta mar,

vivir por vivir,

ser sentipensante.

Victoria Monsalve, 2015

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