MÚSICA MÁGICA
El
bajo látigo como mis latidos
danzan
las caderas trágicas
se
embullen de sorpresas
y
es el color que veo a oscuras
con
fuerzas toscas del inframundo.
Baterías
desinfectantes
toxicas
repeticiones que quiero poseer
derretir
con andenes de sentidos
esperar
el clásico masoquismo
y
jugar a la rueda rueda.
Voces
psicotrópicas ensimismantes
montañosas
notas del páramo
gélidos
inalcanzables armonizan
olas
del mar días detienen
sin
grados van comiéndose.
Verbos
valientes cazan
raptos
y presos al entender
frotando
con indestructible ternura
deleites
corruptibles al infinito.
Teclados
reincidentes en el vicio
cae
y repite la escena de costumbre
con
amplitud de humo con menta
se
hacen los actores de tragicomedia
la
corte de ajedrez.
Guitarra
pulpo estático
escondida
con antifaces percusiones
suaves
dedos cual herida al oído
sube
y baja respiración universal
ruidosa
pero casi ausente.
Vientos
no soplan chupan
el
rugido de los instrumentos
un
camino hacia el alba de madrugada
zumban
pican el néctar de mis oídos.
Ondas
labios abren cansados
frío
en las pestañas florales
me
acaricia al andar
un
calor cual brisa en pradera
agita
mis vellos y poros
besados
por los dedos
del
reverberar vedado
porque
ya tuve demasiado.
Victoria Monsalve, 2015.
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