En honor a Eduardo Galeano

Nunca apagaste tu voz,
Tu verbo valiente
Intento cambiar el dolor
Y cerrar las venas abiertas
De tanto sangrar,
Pero en cambio solo hiciste
Que viéramos esa herida con dignidad
Que la cultura segregada
La entendiéramos con amor
Olvidáramos ese miedo y vergüenza.

Si llore,
Bastante raro fue,
No podía esperar menos,
Pero como evitarlo
Si nos enseñaste de ese derecho
Que por tanto nos fue negado
El derecho al delirio,
Delirante fuiste tu por creer
Creer en un mundo mejor
Y mas humano
es posible mecer en los brazos.

Que tu vuelo no extinga
Tu gallardo pensar
Que por tanto removió revolvió conciencias,
Dulce hazaña de un hijo de los días
Que con sus palabras andantes
Vino a poner las mentes patas arriba
Avivando así la memoria de fuego
Que cada uno llevamos en nuestra
historia colectiva y personal.

Gracias por tanto maestro,
estarás vivo siempre que te lea.

Victoria Monsalve, 2015.

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