El bolsillo (micro cuento)

 


El bolsillo

Que nervios lo hediondo se me nota en la cara y en los bolsillos, -menos mal está muerto- es lo único que puedo pensar a medida que el frio se va apoderando de la tela de mi pantalón. De a ratos se me acercan las moscas, lástima que no traje conmigo al sapo que uso cuando no quiero que vean al podrido que llevo conmigo. Siento por mis piernas como se escurre su sangre, se cuela por un huequito del bolsillo. Por ahora mi principal preocupación es que nadie vea para acá. Menos mal estamos en temporada de béisbol así puedo tener un tema de que hablar y con ello distraer a la gente que pretende acribillar mi secreto, aunque a veces es difícil porque empiezan a hablar de robos y entonces me toca horrorizarme como si fuese la peor cosa del mundo, como si ya hubiese sido víctima del hampa. No pretendo ocupar a nadie con mi indiscreción ni hacerlos pasar mal rato, hoy lo único que verdaderamente me importa es que la cola avance rápido, lo cual me parece casi imposible porque todo el fin de semana los puntos de ventas han estado fallando, retardando la vida de todos, ellos como que creen que uno no tiene asuntos pendientes en el bolsillo. Ya no me voy a preocupar más, actuare normal, aunque tenga las sensaciones más desagradables y no pueda hacer nada para controlarlo. Apenas llegue a casa lo sacare del bolsillo, lo lavare y lo cocinare, nada calma más el desespero que un pescado frito.

Victoria Moonsalve

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